La revolución tecnológica ya tiene nombre y rostro: inteligencia artificial. Según un informe de Microsoft, los algoritmos comienzan a poner en jaque a miles de trabajadores, acelerando una transformación laboral que no todos podrán resistir.
El estudio advierte que la IA podría reemplazar profesiones enteras durante la próxima década, especialmente aquellas con tareas rutinarias o comunicativas. Traductores, historiadores, asistentes de vuelo, representantes comerciales, escritores, operadores telefónicos y hasta locutores de radio encabezan la lista roja. Sí: incluso la voz humana está en peligro.
La herramienta Copilot de Microsoft ya realiza tareas que antes requerían horas de trabajo humano. Y mientras las corporaciones celebran “eficiencia”, miles de trabajadores ven peligrar su sustento. El criterio es simple y cruel: cuanto más repetitivo tu trabajo, más prescindible te volvés.
Sin embargo, no todo está perdido. Los oficios que dependen de la empatía, la creatividad o la habilidad manual —como enfermeros, obreros o docentes— aún resisten el avance de las máquinas.
El mensaje del informe es claro: la automatización no llega como una ayuda, sino como una advertencia. Y mientras las grandes tecnológicas marcan el rumbo del futuro, millones de trabajadores quedan en la cuerda floja, esperando no ser los próximos en la lista del despido digital.
