En un momento de tremenda emotividad, el diputado Ricardo López Murphy habló con la voz quebrada por primera vez sobre la pérdida que sacudió su vida: la muerte de su hija.
Con lágrimas contenidas y el pulso tembloroso, relató que ella “era la preferida del padre”, una ejecutiva brillante y pieza central de su mundo. Confesó que ambos enfrentaron simultáneamente un diagnóstico de cáncer, y que aunque él sobrevivió, jamás imaginó tener que continuar sin ella.
En medio del dolor, López Murphy dejó claro que su vocación política se sostiene en el recuerdo y el legado de su hija: “No puedo borrarme de este esfuerzo por la patria”, dijo, con la mirada entrecortada. Aseguró que su compromiso con la Argentina es tan fuerte como el vacío que hoy lleva en el alma.
Mientras tanto, el país presencia a un político quebrado por el luto, consciente de que su vida pública ya no podrá separarse de la tragedia personal que ahora lo define.