Mauricio Macri endurece su liderazgo en el PRO: fuga de dirigentes, internas y un pacto imposible con Milei

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Mauricio Macri está decidido a frenar la sangría interna que atraviesa al PRO. En plena negociación con La Libertad Avanza para un eventual acuerdo electoral en la provincia de Buenos Aires, el expresidente lanzó una advertencia feroz: “Los que tenían precio ya fueron comprados, los que quedamos tenemos valores”. La frase, dirigida a los dirigentes que abandonaron su espacio para sumarse al oficialismo libertario, revela una disputa mucho más profunda: la supervivencia del macrismo como fuerza política frente al avance de Javier Milei y su entorno.


🟡 Macri vs. Milei: del acuerdo electoral al intento de absorción

Lo que inicialmente parecía una alianza táctica para enfrentar al kirchnerismo en Buenos Aires se convirtió en un terreno minado. Desde la Rosada, Karina Milei lidera una estrategia sin sutilezas: no quieren un pacto partidario con el PRO, sino desmantelarlo desde adentro, sumando figuras sin negociar estructuras.

Eso es lo que desató la furia de Macri. El expresidente pretende que cualquier entendimiento con LLA tenga carácter institucional, con reglas claras, cargos definidos y una visión compartida. Pero el mileísmo juega otra partida: sumar intendentes, concejales y dirigentes sueltos del PRO para consolidar territorialidad sin ceder poder. Y lo están logrando.

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🔥 Una interna feroz: Bullrich, Valenzuela y el ala “comprada” del PRO

La fuga más simbólica fue la de Diego Valenzuela, exintendente de Tres de Febrero y dirigente cercano a Patricia Bullrich. Su respuesta a Macri no tardó en llegar: “Si algo no tengo es precio”, dijo, alineándose sin vueltas con La Libertad Avanza. La tensión con Bullrich, quien fuera ministra de Seguridad de Macri y hoy aliada directa del gobierno de Milei, es otro factor clave en esta trama: la exhalcona del PRO representa el modelo de integración con Milei, sin condiciones ni nostalgia partidaria.

Desde el entorno de Macri ven esta avanzada como un intento explícito de destrucción del PRO. Karina Milei lo dijo sin eufemismos: “Vamos por el reemplazo del PRO”. Y eso transformó la negociación bonaerense en una guerra por la identidad.


🧱 La estrategia de Macri: reconstrucción del poder territorial

En este contexto, Macri se juega su última gran batalla como conductor político. Su plan: blindar al PRO como fuerza republicana, institucional y con anclaje territorial, para evitar su licuación en la lógica personalista y caótica del mileísmo.

Para eso, cuenta con Cristian Ritondo, actual presidente del PRO bonaerense, y busca sumar al radicalismo de Maximiliano Abad, en una especie de reedición de Juntos por el Cambio, pero sin Bullrich. El objetivo: mostrar músculo político en el Conurbano y resistir el embate libertario, que hoy seduce pero aún carece de estructuras estables.

Macri también dejó un mensaje económico: recordó que la inflación sigue alta y planteó que el PRO puede aportar “equilibrio, profesionalismo y gestión”, en un claro contraste con el enfoque disruptivo de Milei.


🏛️ ¿Se puede negociar con quien quiere destruirte?

Ese es el dilema central que enfrenta hoy el PRO. Figuras como Silvia Lospennato lo expresaron con claridad: “No somos lo mismo. Nosotros respetamos la institucionalidad y no propagamos noticias falsas”. El problema no es solo de formas, sino de fondo: ¿puede sobrevivir el PRO si acepta una alianza con un gobierno que tiene como objetivo su disolución?

Por ahora, la respuesta no está clara. Pero Macri parece haber elegido su rol: no el de socio menor de Milei, sino el de contrapeso liberal y republicano frente a un oficialismo cada vez más concentrado en el poder personalista de su líder.


🧠 Conclusión: Macri defiende algo más que un partido, defiende su legado

Con sus palabras duras, Macri busca ordenar filas, recuperar autoridad y marcar un límite. Para él, el PRO no es solo una fuerza política, es el proyecto que lo llevó al poder y que aún considera viable para la Argentina. Enfrente, Milei avanza sin mirar atrás, con el respaldo de una parte del electorado que no distingue entre halcones, leones o delfines.

Las próximas semanas serán clave para definir si el PRO sobrevive como espacio autónomo o se convierte en un satélite más del universo mileísta. Y Macri, como en 2015, vuelve a ser protagonista de una historia que aún no está escrita.

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