La relación entre Mauricio y Jorge Macri, dos de las figuras más influyentes del PRO en la Ciudad de Buenos Aires, atraviesa un momento de fuerte tensión que expone una fractura interna clave en la estrategia electoral de cara a las elecciones de octubre. Mientras Mauricio, exPresidente y líder con fuerte influencia nacional, apuesta por una alianza con La Libertad Avanza para sumar fuerza electoral, Jorge, actual jefe de Gobierno porteño, impulsa una coalición de centroderecha más tradicional que busque diferenciarse de los libertarios y recuperar el terreno perdido tras la derrota electoral de mayo.
La fractura interna del PRO y el choque generacional
La disputa entre los primos refleja un enfrentamiento político y generacional que va más allá de la familia. Mauricio Macri mantiene un rol de peso sobre la gestión porteña a través de operadores de su confianza, como Gabriel Sánchez Zinny y Fernando de Andreis, lo que genera tensiones con Jorge, quien busca consolidar una gestión autónoma y con perfil propio. La irrupción de dirigentes como Daniel Angelici, aliado de Jorge y operador clave para intentar tejer acuerdos con la oposición fragmentada, marca el intento de abrir una nueva etapa en la Ciudad, alejada de la influencia absoluta de Mauricio.
Diferencias estratégicas y dilemas electorales
El núcleo del cortocircuito se centra en la definición del espacio electoral porteño. Mauricio defiende una estrategia pragmática que privilegia cerrar acuerdos amplios, incluso con fuerzas como La Libertad Avanza, para asegurar volumen electoral y competir con mayor fuerza a nivel nacional. En cambio, Jorge Macri y su círculo entienden que esa alianza perjudica la identidad política del PRO y prefieren construir un frente más moderado y centrado en el “equilibrio fiscal y la gestión”, aunque eso implique arriesgar la repetición del magro resultado de mayo, donde se rozaron apenas los 16 puntos.
Esta diferencia se profundiza con el rol de figuras como María Eugenia Vidal, quien también descarta cualquier coalición con los libertarios y apuesta por un espacio más clásico dentro de Juntos por el Cambio, poniendo además énfasis en críticas sociales al gobierno nacional. La falta de un acuerdo claro y la multiplicidad de actores y líneas internas dentro del PRO y la UCR generan un escenario de incertidumbre política.
El costo político y las consecuencias para la Ciudad
La pelea entre Mauricio y Jorge Macri revela una crisis de liderazgo que puede afectar la capacidad del centroderecha porteño para ofrecer un proyecto electoral unificado y competitivo. La influencia de Mauricio, que controla operadores y apoderados claves, se ve cuestionada por Jorge, quien intenta mostrar un perfil más territorial y pragmático. En paralelo, la dispersión y fragmentación de la oposición porteña, con figuras como Horacio Rodríguez Larreta y Graciela Ocaña moviéndose en espacios propios, muestra un tablero político cada vez más complejo.
El desenlace de esta disputa será fundamental para definir el rumbo político en la Ciudad, ya que de la coalición que se arme dependerá no solo el resultado electoral de octubre sino también la configuración del poder local hacia 2027. La tensión entre mantener la identidad del PRO o buscar alianzas electorales amplias puede marcar la diferencia en un contexto polarizado y con múltiples actores en juego.
Un futuro incierto para los primos Macri
Por ahora, la definición final está en manos de Mauricio, Jorge y Vidal, quienes deberán negociar y decidir la composición del frente porteño. La tensión personal entre los primos, ahora “lejanos” en la relación, simboliza también la disputa por el alma política del PRO en la Ciudad y su rol dentro de la oposición nacional. En un escenario donde la unidad parece difícil, la coalición electoral del centroderecha porteño enfrenta un desafío mayúsculo para consolidarse y ganar protagonismo en un espacio político cada vez más fragmentado y competitivo.