El presidente Javier Milei se niega a eliminar un tuit que agravia a Ian Moche, un niño de 12 años con autismo. La Justicia respaldó su postura, generando un debate sobre los límites de la libertad de expresión en el ejercicio del poder.
El presidente Javier Milei se encuentra en el centro de una nueva controversia tras la negativa de eliminar un tuit que agravia a Ian Moche, un niño de 12 años con autismo, conocido por su activismo en defensa de los derechos de las personas con discapacidad. El tuit, que fue compartido por Milei, contenía descalificaciones hacia el menor y su familia, lo que generó una reacción inmediata.
La familia de Ian Moche presentó una solicitud judicial para que el presidente retirara el mensaje, argumentando que vulneraba los derechos y la dignidad del niño. Sin embargo, el juez Alberto Osvaldo Recondo desestimó la solicitud, fundamentando su decisión en que el tuit no constituía un ataque a la honra o reputación del menor y que el presidente estaba ejerciendo su derecho a la libertad de expresión.
La resolución judicial ha desatado un intenso debate sobre los límites de la libertad de expresión, particularmente cuando se trata de figuras públicas que ocupan altos cargos de poder. Diversas organizaciones defensoras de los derechos de las personas con discapacidad han expresado su preocupación por el precedente que podría sentar esta decisión, alertando sobre el impacto de permitir que figuras públicas utilicen su poder institucional para difundir mensajes que puedan resultar dañinos para menores y colectivos vulnerables.