En una declaración explosiva que sacudió el escenario político, el presidente Javier Milei aseguró que la estrategia del kirchnerismo tiene un único objetivo: destruir su gobierno a cualquier costo. Según el mandatario, la oposición no solo busca dinamitar el plan económico, sino también impulsar manifestaciones violentas y hasta atentar contra su vida.
Las palabras de Milei llegaron luego de los incidentes en Lomas de Zamora, donde su caravana fue atacada a piedrazos en medio de un clima de extrema tensión. Lejos de bajar el tono, el jefe de Estado redobló la apuesta y comparó la situación con la táctica de Hernán Cortés, al afirmar que sus enemigos “están dispuestos a todo con tal de no retroceder”.
Con un discurso encendido, Milei advirtió que la oposición intenta sembrar caos para frenar el avance de las reformas, pero al mismo tiempo lanzó un mensaje de confianza: afirmó que la batalla electoral en la provincia de Buenos Aires puede marcar el principio del fin para el kirchnerismo, al que definió como “un régimen en retirada”.
El Presidente subrayó dos fechas como puntos de quiebre en el futuro inmediato: el 7 de septiembre, que considera clave para golpear políticamente a sus adversarios, y el 26 de octubre, que describió como “el día fatal” para el populismo si su espacio logra imponerse en las urnas.
Las declaraciones desataron un terremoto político. En plena campaña y con un clima social cada vez más caldeado, Milei volvió a colocarse en el centro de la escena, con un mensaje desafiante que promete encender aún más la tensión en la cuenta regresiva hacia las elecciones.
