En una de sus declaraciones más explosivas de los últimos meses, el presidente Javier Milei volvió a encender la escena política con una frase que ya recorre el país: “Nos van a salir dólares por las orejas”. Con tono desafiante y una sonrisa confiada, el mandatario aseguró que la Argentina está a las puertas de una “avalancha histórica de inversiones” que, según sus palabras, cambiará para siempre la economía nacional.
Milei afirmó que el país atraviesa “el punto de inflexión más importante de su historia reciente”, impulsado por el auge del sector energético, minero y agroexportador. “Lo que viene es monumental —sentenció—. Vamos a tener más dólares de los que podamos contar. Y cuando eso ocurra, todos los que hoy nos critican van a quedar del lado equivocado de la historia”.
El presidente aprovechó su discurso para reivindicar su programa económico, asegurando que, pese a las dificultades y el malhumor social, no dará marcha atrás bajo ningún concepto. “Estamos haciendo el trabajo sucio que nadie quiso hacer durante décadas. Ajustar era necesario, y el que no lo entienda, no entiende nada de economía”, lanzó con su habitual vehemencia.
Lejos de mostrarse conciliador, Milei apuntó contra la oposición y contra algunos sectores del empresariado que, según él, “siguen aferrados al viejo modelo prebendario”. “Los mismos de siempre están nerviosos, porque se les acabó el curro. Pero esta vez no hay vuelta atrás. La Argentina productiva va a imponerse sobre la Argentina parasitaria”, disparó.
El jefe de Estado también dejó en claro que su estrategia política no cambiará ni siquiera si pierde apoyo electoral: “Aunque me quede solo, no pienso abandonar este rumbo. Prefiero perder una elección antes que traicionar mis principios. El que quiera volver al pasado, que se busque otro presidente”.
Entre anuncios y advertencias, Milei destacó que su gobierno prepara un nuevo esquema de incentivos para inversiones extranjeras en energía, litio e infraestructura, con el objetivo de atraer capitales y dinamizar las exportaciones. “El futuro está en el trabajo, en el mérito y en la competencia. No en la emisión, ni en los subsidios, ni en los planes”, enfatizó.
En paralelo, el mandatario reveló que mantiene un “diálogo fluido” con los Estados Unidos y que la relación bilateral atraviesa su “mejor momento”. Según él, el respaldo norteamericano será clave para garantizar la estabilidad financiera del país y para “blindar” la economía frente a turbulencias internacionales.
“Argentina tiene todo para ser una potencia. Solo necesitaba un gobierno con coraje, y ese gobierno ya está en marcha. Prepárense, porque lo que viene será una verdadera revolución de la riqueza. Nos van a salir dólares por las orejas”, cerró entre aplausos.
Con su estilo inconfundible y su retórica encendida, Milei volvió a demostrar que su palabra sigue marcando el ritmo del debate público. Mientras tanto, la pregunta flota en el aire: ¿está la Argentina realmente al borde de la abundancia que promete, o es otro capítulo de su interminable historia de promesas incumplidas?