Eduardo Lamoglia murió a los 76 años y dejó una huella imborrable en la escena teatral argentina. Fue actor, director, dramaturgo y maestro de generaciones que hoy lo despiden con profundo dolor.
Eduardo Lamoglia nació el 17 de febrero de 1952 y dedicó su vida entera al arte teatral. Se formó en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático y estudió con grandes referentes de la escena, lo que lo llevó a construir una trayectoria sólida y comprometida. Participó en obras memorables como actor, dirigió con mirada propia y escribió piezas que enriquecieron el repertorio nacional, tanto en Buenos Aires como en otras regiones del país y del exterior.
También desempeñó un papel fundamental en la docencia. Dictó clases en instituciones como el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, la Fundación Universidad del Cine y varias escuelas privadas. Enseñó desde la experiencia y desde la pasión, influenció a múltiples generaciones y dejó una marca profunda en quienes compartieron con él el proceso creativo.
Durante años, estuvo al frente del teatro El Tinglado, un espacio que supo transformar en un faro para el circuito independiente. Allí impulsó obras diversas, abrió puertas a nuevos talentos y promovió una programación constante y valiente. Su muerte representa una pérdida inmensa para el teatro argentino, pero su legado perdurará en cada escenario que lo haya tenido como protagonista o inspirador.