A los 73 años falleció Luis Federico Córdoba, voz emblemática y uno de los fundadores de Las Voces de Orán. Reconocido discípulo del Chaqueño Palavecino, su partida sume al folklore argentino en un hondo luto.
Federico Córdoba, nacido el 17 de julio de 1951 en Orán, fue una figura central del folklore norteño desde finales de los años 60. En 1969 formó Las Voces de Orán junto a Martín Zalazar y Roberto Franco, llevando su voz cálida y potente a destacados escenarios como Cosquín —donde obtuvieron el máximo galardón en 1972 con “Chaya de los Pobres”— y los festivales de Jesús María y Cafayate.
La noticia de su muerte se confirmó luego de que recientemente se hubiera alejado de los escenarios por un tratamiento médico, quedando su hijo Ricardo como reemplazo temporal. El Chaqueño Palavecino, su discípulo y amigo, lo despidió con emotivas palabras: “Dueño de una voz inconfundible y de una humildad que lo hacía aún más grande… Tu voz se apaga, pero tu huella será imborrable”.
Su fallecimiento es sentido en todo el norte argentino y el país. Córdoba no solo fue músico, sino un embajador cultural que llevó la identidad salteña a cada rincón, influenciando a generaciones. Las Voces de Orán lo recordarán como su líder y corazón, dejando un legado imborrable en la música popular y la memoria colectiva.
