Expertos advierten que, a pesar de que el Gobierno dio por superada la crisis por la escasez de gas durante la ola polar, el país podría enfrentarse nuevamente a cortes este invierno si no se toman medidas, debido a una falta de planificación adecuada. La Secretaría de Energía informó que el sistema ya no está en emergencia y que se restableció el suministro a las industrias y estaciones de GNC, aunque mantuvo en evaluación las cláusulas interrumpibles.
La situación expuesta refleja no tanto un problema de producción —Argentina tuvo un superávit de 5.668 millones de dólares en 2024 y aún en mayo se mantuvo con 345 millones— sino una “mala gestión” en la coordinación del sistema gasífero. Martín Bronstein, del Centro de Estudios de Energía, indicó que los sistemas complejos requieren previsión, y que esta crisis “desnudó la mala gestión”
El economista Santiago Urbiztondo, de FIEL, aseguró que las interrupciones recientes fueron por fallas técnicas y no por escasez de gas. Según él, tales inconvenientes podrían evitarse con mayores inversiones en infraestructura de transporte y señales de precios que regulen la demanda en momentos críticos.
Otro especialista, Nicolás Taiariol, sostuvo que en invierno pueden repetirse picos de demanda y que el sistema debería reformularse para almacenar excedentes durante el verano. Propone medidas como importar GNL adicional, coordinar reforzamientos con países limítrofes, reconvertir centrales térmicas y suspender temporalmente las exportaciones.
En ese contexto, especialistas reafirman que sin una estrategia para anticipar los picos —que son previsibles— el riesgo de volver a enfrentar cortes durante el próximo invierno sigue latente, más allá del actual leve alivio en la red.