Como cada miércoles, jubilados se concentraron frente al Congreso Nacional para reclamar mejoras en sus haberes. La protesta, pacífica, terminó con una nueva represión por parte de la Policía de la Ciudad, que utilizó gases lacrimógenos y bastones para dispersar a los manifestantes. También fueron alcanzados integrantes de organizaciones religiosas y periodistas que cubrían el hecho 🧓📷.
Entre los agredidos se encontraba el padre Paco Olveira, referente de los Curas en Opción por los Pobres, quien terminó con el rostro contra el pavimento tras recibir un golpe. “Están tirando a los ojos con maldad”, denunció el sacerdote, que ya había sido detenido en una manifestación anterior.
La represión se desató cuando los manifestantes intentaron realizar un semaforazo sobre la Avenida Rivadavia. De acuerdo al protocolo antipiquetes del Ministerio de Seguridad, las fuerzas intervinieron para evitar el corte de tránsito. La situación escaló rápidamente, dejando varios heridos y un clima de tensión en el centro porteño.
También fue afectado Nico Caropresi, del Movimiento de Trabajadores Excluidos, quien recibió gases directamente en el rostro. “Está fuera de peligro, pero fue atendido en el Instituto Patria”, confirmó Juan Grabois a través de redes sociales ⚠️.
Desde la llegada de Javier Milei al poder, estas manifestaciones han sido recurrentemente reprimidas, a pesar de tratarse de reclamos sociales y previsionales. Los organismos de derechos humanos y sectores religiosos advierten sobre el creciente uso de la fuerza contra expresiones pacíficas en el espacio público.
