Mientras el discurso de la “lucha contra la casta” es uno de los pilares del Gobierno de Javier Milei, parece haber excepciones dentro de las filas del oficialismo, sobre todo cuando se trata de sus propios ministros. Un claro ejemplo de esta contradicción es la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien, a pesar de pregonar la austeridad como un eje fundamental de su gestión, no dudó en disfrutar de una escapada turística a Roma, justo después de la despedida de Papa Francisco.
Bullrich fue vista por las cámaras paseando por la zona cercana a la Fontana di Trevi en plena gira oficial de la comitiva argentina, una imagen que rápidamente desató la polémica en las redes. La ministra, lejos de una actitud estricta de trabajo, aprovechó la oportunidad para tomarse un respiro y hacer turismo en la ciudad italiana, sin preocuparse por la contradicción evidente con el mensaje de austeridad que predica.
De la “austeridad” a los lujos del Intercontinental
Aunque la ministra afirmó ante la prensa que la comitiva presidencial había sido “austeramente selecta”, la realidad fue otra. Según informes de la prensa, los costos del alojamiento en el Hotel Intercontinental Rome Ambasciatori Palace, donde se hospedó la comitiva, superaron los 10 millones de pesos por noche, lo que incluye habitaciones de lujo con un gasto de 2,25 millones de pesos por noche por cada miembro de la delegación. Un contraste abismal con el discurso de “recorte de gastos” que Milei ha prometido desde que asumió.
Esta contradicción no pasó desapercibida para la opinión pública, especialmente cuando Bullrich, con total desparpajo, defendió la comitiva en términos de “austeridad” y “gobernabilidad”. Sin embargo, la realidad económica del país y las promesas de ajuste resultan completamente ajenas a este tipo de derroches, en especial cuando el país atraviesa una crisis económica marcada por el ajuste fiscal.
Un viaje que se paga con fondos públicos
El gasto de estos viajes oficiales, que en principio deberían reflejar un compromiso con la austeridad y la eficiencia, quedó opacado por el uso de fondos públicos para financiar una gira que, más allá de la despedida del Papa Francisco, incluyó una parada en Londres, donde Bullrich participó de un foro de seguridad internacional, del cual no se dieron mayores detalles ni impacto. En este contexto, el gasto excesivo de dinero público y el contraste con las promesas de ajuste de Milei resultan no solo irónicos, sino profundamente hipócritas.
El cruce con el Papa Francisco: Una mirada de “orgullo” que genera malestar
En Roma, la ministra no esquivó la oportunidad de confrontar al Papa Francisco, quien en su último discurso criticó abiertamente la “represión” a los jubilados y la falta de justicia social durante el Gobierno de Milei. Bullrich, lejos de hacer autocrítica, minimizó las palabras del pontífice, reafirmando su postura de defender un modelo de “orden público” que no ha logrado ocultar los problemas sociales que afectan al país.
La ministra justificó su gestión en base a la idea de que la Argentina ha vivido durante años “repartiendo planes” y culpó al gasto social de los problemas del país, sin reconocer que su propio Gobierno ha aplicado políticas de ajuste que afectan a los sectores más vulnerables, mientras se sigue gastando a gran escala en viajes, lujos y viajes internacionales.
Conclusión: Austeridad selectiva
El viaje de Patricia Bullrich a Roma y su actitud frente al gasto público y la crítica del Papa Francisco dejan en evidencia las profundas contradicciones del discurso oficial. Mientras el Gobierno de Milei se presenta como un defensor de la austeridad y la lucha contra el derroche, hechos como este solo contribuyen a fortalecer la idea de que las promesas de cambio del oficialismo no son más que una fachada para sostener los intereses de una clase política cada vez más alejada de las necesidades reales del pueblo argentino.
Este tipo de actitudes, en un contexto de crisis económica y promesas de ajuste, no hace más que alimentar la desconfianza de los ciudadanos en las verdaderas intenciones de quienes hoy gobiernan el país.