¿Por qué subió el dólar? El Gobierno culpó a los bancos y encendió una nueva tensión con el sector financiero

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El dólar oficial superó los $1300 esta semana y el Gobierno, en lugar de asumir el costo de la crisis, apuntó contra los bancos. El ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró que las entidades financieras fueron responsables de la presión cambiaria por no haber acompañado una serie de medidas con las que el Ejecutivo intentaba ordenar la circulación de dinero. Detrás del tecnicismo, lo que quedó claro es que el modelo económico actual empieza a mostrar signos de agotamiento, y que el Gobierno vuelve a buscar culpables externos para los problemas internos.

¿Qué pasó?

El problema central tiene que ver con la cantidad de pesos dando vueltas en la economía, lo que genera presión sobre el tipo de cambio. Cuando hay más pesos que demanda de esos pesos, la gente o los inversores suelen volcarse al dólar como refugio. Esta semana, el Gobierno intentó frenar ese fenómeno ofreciendo a los bancos distintos instrumentos financieros para absorber ese excedente de dinero.

Caputo explicó que se esperaba que los bancos aceptaran un canje de un instrumento financiero (las llamadas “Lefis”) por otros títulos del Tesoro (“LECAPS”). Pero eso no ocurrió como se preveía. Según el ministro, los bancos actuaron con cautela y decidieron no comprometer demasiado dinero, por temor a quedarse sin liquidez —es decir, sin el efectivo necesario para operar todos los días.

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Esa falta de adhesión liberó una enorme masa de pesos al mercado —unos 10 billones, según cifras oficiales— y el Banco Central tuvo que salir de urgencia a “absorber” parte de ese dinero para evitar que se transforme en presión sobre el dólar o en más inflación.

¿Por qué culpa el Gobierno a los bancos?

Caputo dice que esta situación se generó porque los bancos no respondieron como el Ministerio esperaba. Según su versión, ellos mismos pidieron una nueva licitación del Tesoro, que se realizará hoy, para volver a captar esos pesos sobrantes. Aún así, el BCRA ya absorbió 5 billones de pesos en los últimos tres días, con un fuerte aumento de la tasa de interés.

Un punto clave es ese: la tasa de interés que el Gobierno convalidó para sacar los pesos del mercado fue altísima (36%), muy por encima de los valores anteriores. Caputo dijo que eso “lo puso el mercado”, es decir, que el Gobierno no tenía margen para ofrecer menos si quería que los bancos aceptaran. Pero en los hechos, es una señal de debilidad: el Estado tiene que pagar mucho más para conseguir que el sector financiero le preste.

¿Qué refleja todo esto?

El episodio muestra las tensiones internas de un modelo económico que, a pesar de haber logrado una baja de la inflación en los primeros meses del año, no encuentra una salida sólida ni sostenible. El ajuste fiscal extremo, combinado con una fuerte contracción monetaria, genera una economía cada vez más dependiente de la confianza de los mercados financieros. Y cuando esa confianza flaquea —como ocurrió ahora con los bancos—, todo se desestabiliza: sube el dólar, sube la tasa y se genera un clima de incertidumbre que amenaza con escalar.

Además, la reacción política no ayuda. En lugar de dialogar con el sistema bancario de manera institucional, Caputo optó por señalar culpables en redes sociales. Incluso, tras sus críticas, el presidente Javier Milei se reunió con el titular de la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA), en lo que desde el sector definieron como “una buena reunión de trabajo”. Una manera elegante de descomprimir el cruce con el ministro.


Conclusión: señales de alerta en el modelo

La suba del dólar no es un simple “error de cálculo” de los bancos, como sugiere Caputo. Es un síntoma de que el programa económico oficial empieza a tener dificultades para mantenerse estable sin instrumentos sólidos y sin confianza suficiente. Si el Gobierno necesita pagar tasas altísimas para absorber pesos, es porque el mercado no cree que haya un rumbo claro.

Y si el Ejecutivo reacciona culpando a los bancos, en vez de revisar sus propias decisiones, las señales son más preocupantes aún.

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