Las delegaciones se reunieron en Estambul y pactaron el mayor canje de prisioneros desde el inicio de la guerra, pero las diferencias sobre territorios y seguridad frenan un alto el fuego.
Ucrania y Rusia se sentaron por primera vez desde 2022 en una mesa de negociación en Estambul. El encuentro duró menos de dos horas y concluyó sin avances en un alto el fuego. El único acuerdo concreto fue el intercambio de mil prisioneros por lado, el mayor desde el inicio del conflicto.
La delegación rusa, encabezada por el asesor presidencial Vladímir Medinski, insistió en que Ucrania se retire de las regiones ocupadas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, y que reconozca la anexión de Crimea. Kiev rechazó estas condiciones y propuso una tregua de 30 días, además de una cumbre directa entre Zelensky y Putin.
La comunidad internacional, liderada por Estados Unidos y la Unión Europea, presiona por una desescalada. Sin embargo, la ausencia de los presidentes en la mesa y la falta de voluntad política por parte del Kremlin generan escepticismo sobre una salida diplomática en el corto plazo.
