Un viaje de estudios que se convirtió en una pesadilla. Gianni Dante Bettiga, un joven fueguino de 23 años, viajó a Rusia en febrero con la ilusión de aprender el idioma y empaparse de su cultura. Ocho meses después, está atrapado en el frente de batalla de la guerra con Ucrania, enrolado en el ejército ruso por error tras firmar un contrato que no entendía.
El drama comenzó cuando Gianni, buscando un permiso de residencia, aceptó una supuesta oferta laboral “administrativa” dentro del ejército ruso. El contrato estaba en ruso, y lo que creyó un trámite común terminó siendo un compromiso militar de tres años. Dos semanas después del entrenamiento, lo enviaron a Donetsk, el corazón del conflicto.
“Pecó por ingenuo”, se lamenta su padre Juan desde Ushuaia, que no sabe nada de él desde el 27 de octubre. La última vez que recibió noticias fue un mensaje estremecedor: “Quiero volver a la Argentina, pase lo que pase. Hagan lo que tengan que hacer para sacarme de acá”.
El padre, enfermo de cáncer de hígado, suspendió su tratamiento para concentrar todas sus fuerzas en una sola misión: traer a su hijo de regreso. Envió cartas a la embajada rusa, a Cancillería y hasta al ministro de Defensa de Moscú, pero las respuestas no llegan.
En medio de un clima diplomático tenso entre Milei y el Kremlin, el destino de Gianni parece cada vez más incierto. Un joven argentino perdido entre las trincheras de una guerra ajena, que solo pide volver a casa.
