La jueza implicada en el polémico documental judicial buscó voltear la acusación que pesa sobre ella con una denuncia contra los fiscales, pero el sistema rechazó su iniciativa. El camino del juicio político sigue abierto.
Los tribunales decidieron que la demanda presentada por Julieta Makintach contra los fiscales que la investigan carece de sustento procesal, cortando de cuajo su ofensiva judicial defensiva. Con esa desestimación, pierde fuerza el intento de desprestigiar a los acusadores y el expediente en su contra avanza sin tropiezos.
Makintach había denunciado a los fiscales por supuestas irregularidades procesales, manipulación de pruebas e incluso espionaje, afirmando que la causa en su contra fue armada con videos “plantados” para descarrilar su defensa. Sin embargo, la decisión judicial dictaminó que esos argumentos no bastan para anular la acusación ni detener el proceso.
Este revés profundiza su aislamiento institucional, en medio de acusaciones formales por cohecho, abuso de autoridad, malversación y violación de deberes públicos. La caída de su denuncia fortalece la posición de los fiscales y acelera el curso del juícial político que podría culminar en su destitución.