El 44 % del desembolso inicial del Fondo Monetario desapareció en forma de fuga de capitales en solo mes y medio, alertan especialistas. La situación expone la fragilidad del plan económico y pone en riesgo el financiamiento futuro.
egún datos recientes del Centro CIFRA de la CTA, entre abril y mayo se registró una formación de activos externos por USD 5.247 millones, equivalentes al 44 % del primer desembolso del FMI, un volumen que supera los promedios mensuales históricos del Banco Central. Este fenómeno refleja la voracidad de especuladores que usan instrumentos financieros para extraer divisas rápidamente.
El diagnóstico oficial señala que el Gobierno recurrió al “carry trade” —apostar por instrumentos de corto plazo en pesos que luego se canjean por dólares— como paliativo ante la escasez de reservas. Pero esa estrategia colapsó: los rendimientos en dólares pasaron de positivos a negativos, y varias licitaciones de Lecaps no atrajeron suficiente interés del mercado.
Mientras tanto, el calendario financiero luce comprometido: entre agosto y diciembre Argentina debe afrontar vencimientos en moneda extranjera por más de USD 10.000 millones, y en 2026 y 2027 los compromisos escalan a USD 30.000 y USD 35.000 millones, respectivamente. Esa presión, junto al drenaje de divisas, cuestiona la sostenibilidad del acuerdo con el FMI y pone en jaque futuras entregas de fondos.