La crisis alimentaria en Gaza se agravó al límite. La población civil lucha por conseguir comida en medio del asedio y los bombardeos. La ONU y organizaciones humanitarias alertaron sobre una catástrofe sin precedentes.
Mientras los misiles siguen cayendo, la desesperación se instaló en las calles de Gaza. La gente ya no pide paz, pide comida. Las imágenes muestran a civiles peleando por un paquete de harina o una bolsa de arroz, mientras los niños caminan entre escombros con la panza vacía.
La falta de suministros, los bloqueos y la destrucción de infraestructuras dejaron a más de dos millones de personas al borde del colapso humanitario. Según la ONU, la situación en Gaza es una de las peores crisis alimentarias del mundo. El Programa Mundial de Alimentos no puede ingresar ayuda de forma regular y la comida que entra no alcanza para todos.
Las organizaciones alertaron que la hambruna no es una amenaza futura: ya empezó. Médicos en la zona reportaron casos de desnutrición aguda, y advirtieron que los más chicos no resisten más. La comunidad internacional sigue reclamando corredores humanitarios, pero las bombas siguen cayendo y la ayuda, trabada.