La interna libertaria entró en un nuevo capítulo. Luego de un conflictivo cierre de listas que dejó afuera a parte del círculo más cercano al presidente, Santiago Caputo regresó a la estrategia electoral tras una intervención directa de Javier y Karina Milei. El regreso del principal asesor presidencial expone la fragilidad del armado político de La Libertad Avanza en plena campaña para las elecciones legislativas del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires.
Un cierre de listas que dejó heridas abiertas
El conflicto se desató cuando Karina Milei, en su rol de armadora nacional, excluyó a Caputo y a su grupo —incluidos referentes juveniles como Daniel Parisini, alias “Gordo Dan”— del cierre de listas. La decisión generó un fuerte malestar entre los libertarios jóvenes y evidenció la existencia de dos polos de poder dentro del oficialismo: por un lado, el bloque Karina-Menem-Pareja; por otro, el sector que responde a Caputo y que tiene llegada directa al Presidente.
La tensión escaló tanto que Javier Milei intervino personalmente para calmar las aguas. En el acto “La Derecha Fest” en Córdoba, se mostró abrazando a Parisini, y días después, durante su discurso en La Rural, reivindicó públicamente a Caputo, a quien definió como “un hermano”. Con ese gesto, el Presidente intentó equilibrar la balanza entre los sectores enfrentados y evitar una ruptura en su núcleo duro.
El regreso de Caputo: más necesidad que reconciliación
El punto de inflexión fue una reunión a solas entre Karina Milei y Santiago Caputo en Casa Rosada, a mediados de la semana pasada. Allí, la Secretaria General de la Presidencia le pidió que se reincorpore a la estrategia de campaña en la provincia de Buenos Aires, el distrito electoral más complejo y desafiante para el oficialismo. Caputo aceptó a regañadientes, en lo que fue más una movida pragmática que una reconciliación genuina.
Este mediodía, Caputo volvió a la mesa política, en una nueva reunión encabezada por Karina en Casa Rosada. También participaron Sebastián Pareja, armador en PBA y autor del explosivo comunicado que advertía: “O apoyan las listas del Presidente, o se van”. El gran ausente fue Martín Menem, quien alegó compromisos en el Congreso.
Análisis político: Milei necesita orden en su tropa si quiere sostener el poder
El regreso de Caputo no es un gesto simbólico: es una señal de que Milei sabe que no puede darse el lujo de perder a uno de sus operadores clave en plena campaña. Caputo es el cerebro detrás de muchas de las estrategias comunicacionales que llevaron a Milei al poder, y aunque había sido desplazado del “Triángulo de Hierro”, su capacidad para organizar el discurso y detectar errores tácticos sigue siendo valorada por el Presidente.
Sin embargo, el regreso no significa paz interna. El oficialismo mantiene tensiones latentes, maquilladas para la foto, pero que podrían estallar si los resultados en la provincia de Buenos Aires no acompañan. ¿Qué pasará si el peronismo gana en PBA? ¿Qué lugar ocupará Caputo si los libertarios no logran renovar fuerzas en territorio hostil?
Mientras tanto, algunas versiones indican que los llamados “trolls” vinculados a Caputo habrían sido desplazados de Casa Rosada al ex Centro Cultural Kirchner, como parte de una negociación interna para descomprimir el clima.
Una campaña al borde del cortocircuito
Lo que está en juego no es sólo una elección legislativa: es la arquitectura de poder del propio Milei. Si el oficialismo pierde terreno en la provincia, la interna podría escalar a niveles difíciles de controlar, debilitando al Presidente justo cuando más necesita cohesión interna.
En definitiva, Caputo vuelve, pero no por reconciliación, sino por necesidad política. La campaña en Buenos Aires será la prueba de fuego: si no logra resultados, la grieta interna podría dejar de ser subterránea y volverse pública.
