Estados Unidos aplicará nuevos aranceles al acero y al aluminio importados desde China como parte de una política más amplia para proteger su industria nacional y frenar lo que considera prácticas comerciales desleales. Las medidas buscan reducir la entrada de productos chinos que, según Washington, se benefician de subsidios estatales y generan competencia desleal en el mercado estadounidense.
La suba de aranceles podría trasladarse a los precios de productos que dependen de estos materiales, como autos, electrodomésticos y maquinaria. Analistas advierten que los consumidores podrían ver aumentos en los próximos meses, especialmente si otras cadenas de suministro se ven afectadas. Aunque las medidas están enfocadas en China, también podrían tener efectos colaterales en socios comerciales que ensamblan productos con insumos chinos.
Estas medidas se suman a otras ya anunciadas por la administración de Donald Trump en su disputa comercial con Beijing, y buscan reforzar el “Made in America”. Sin embargo, expertos advierten que un encarecimiento generalizado puede agravar la inflación y tensar aún más la relación entre las dos principales economías del mundo.