
Tras más de diez horas de debate, el Senado de Uruguay aprobó la Ley de Muerte Digna, convirtiendo al país en el primero de América Latina en legalizar la eutanasia. La iniciativa había sido votada favorablemente por la Cámara de Diputados dos meses atrás y ahora quedó lista para su promulgación.
El proyecto fue impulsado por legisladores del Frente Amplio y contó también con el apoyo de algunos miembros de los partidos Colorado y Nacional, reflejando un inusual consenso político en torno a una cuestión ética y sanitaria de largo debate en la región.
Un derecho para morir con dignidad
La norma reconoce el derecho de las personas a “transcurrir dignamente el proceso de morir” y despenaliza la eutanasia para los mayores de edad psíquicamente aptos que se encuentren en etapa terminal de una enfermedad incurable o irreversible, o que padezcan sufrimientos físicos o psíquicos insoportables.
Podrán acogerse a la ley tanto ciudadanos uruguayos como residentes extranjeros con domicilio habitual en el país, según detalla el texto aprobado.
Reglamentación y control
El Poder Ejecutivo tendrá un plazo de 180 días para reglamentar la ley. Una vez puesta en marcha, se conformará una Comisión Honoraria de Revisión, presidida por el Ministerio de Salud Pública, que evaluará los procedimientos realizados y elaborará un informe anual remitido al Ejecutivo y a la Asamblea General.
El organismo estará integrado por representantes del Ministerio de Salud Pública, el Colegio Médico del Uruguay, la Universidad de la República y la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo.
Un precedente en la región
Con esta decisión, Uruguay se posiciona como referente regional en materia de derechos al final de la vida, en un contexto donde otros países de América Latina —como Colombia o Perú— solo permiten la eutanasia a partir de sentencias judiciales y no por legislación.
El debate, que llevó años en el Parlamento uruguayo, culminó con una votación histórica que abre un nuevo capítulo en las políticas de salud y derechos humanos del continente.