El expresidente estadounidense firmó una orden ejecutiva que instruye a gobiernos estatales y locales a desmantelar campamentos y trasladar a personas sin hogar a tratamientos forzosos o internaciones psiquiátricas, priorizando el control de calles por sobre soluciones habitacionales.
Una nueva orden ejecutiva de Donald Trump, firmada el 24 de julio de 2025, instruye a autoridades locales a limpiar campamentos de personas sin hogar y trasladarlas a instituciones de salud mental o centros de rehabilitación, con el argumento de restaurar el orden público en ciudades de EE.UU.
El decreto también pide a la fiscal general Pam Bondi que elimine barreras judiciales que impiden estos desalojos y respalda la implementación de confinamientos incluso sin diagnósticos previos. Además, prioriza fondos federales para gobiernos que refuercen leyes contra acampar al aire libre o consumir drogas en espacios públicos, mientras quita apoyo a programas de reducción de daños.
Organizaciones como la ACLU y la National Coalition for the Homeless denunciaron la medida: alertan que criminaliza la pobreza, viola derechos civiles y agrava el problema de la falta de vivienda sin ofrecer verdaderas alternativas. Aseguran que la política aumentará la marginación de quienes ya están en situación de calle.
Estados Unidos registró en 2024 más de 770.000 personas sin hogar, la cifra más alta de su historia reciente. El decreto llega en medio de una crisis habitacional estructural, marcada por la escasez de viviendas accesibles y recortes en programas de asistencia social.
En resumen: Trump impulsa una estrategia centrada en desalojos y hospitalización forzada, mientras defensores de derechos humanos alertan que la medida estigmatiza a los más vulnerables sin resolver la raíz del problema.