Mientras el presidente Javier Milei defiende la libertad de mercado como solución a los problemas económicos del país, la precarización laboral se profundiza. Un estudio de la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales (UNSAM) reveló que por primera vez hay un crecimiento estadístico significativo del trabajo en plataformas digitales como Uber, Rappi, Cabify y PedidosYa. Este fenómeno refleja el avance de una nueva economía de subsistencia, donde miles de personas se ven obligadas a buscar ingresos extras ante la caída del salario formal y el estancamiento del empleo registrado.
📊 ¿Qué está pasando con el empleo?
El abogado laboralista Juan Manuel Ottaviano, especialista en relaciones laborales y asesor en temas de tecnología y empleo, explicó por AM 750 que el trabajo registrado en el sector privado está estancado, mientras que:
- La desocupación alcanzó su nivel más alto desde 2021.
- Los salarios siguen perdiendo poder adquisitivo, afectados por el techo impuesto a las paritarias y la reducción de horas trabajadas.
En este escenario, el trabajo en plataformas no solo sigue creciendo, sino que ahora lo hace de manera más visible en las estadísticas. Según Ottaviano, esto ocurre porque el crecimiento dejó de ser marginal: “Antes no se notaba porque era más lento y no estaba registrado. Hoy se convirtió en un fenómeno medible”.
💼 ¿Qué tipo de trabajo es el que crece?
Ottaviano aclaró que el crecimiento no se trata de una inserción laboral genuina, sino de una búsqueda desesperada de ingresos complementarios:
“Este tipo de trabajo crece como segunda ocupación. La gente no puede vivir con su ingreso principal y busca alternativas”.
Además, subrayó que este fenómeno no figura en las estadísticas oficiales porque son trabajadores informales, sin relación de dependencia, ni cobertura legal ni sindical. De hecho, el INDEC no mide específicamente el trabajo en plataformas, lo que invisibiliza aún más la precariedad del modelo.
⚠️ Análisis político y económico: la informalidad como política de Estado
El avance de estas formas de trabajo revela un modelo económico que expulsa trabajadores del sistema formal, sin ofrecer alternativas reales de estabilidad. En lugar de fomentar empleo registrado, el Gobierno de Milei permite —e incluso celebra— un modelo donde la “libertad de elegir” se traduce en precariedad estructural.
Este cambio no es neutro: el crecimiento de la economía de plataformas consolida un mercado laboral sin derechos, donde los trabajadores no tienen salario mínimo, cobertura de salud ni aportes jubilatorios. Y en nombre de la eficiencia, se refuerza una lógica individualista que desresponsabiliza al Estado de garantizar empleo digno.
🤳 ¿Qué significa este cambio para el futuro del trabajo?
La masificación del trabajo por aplicaciones como segunda fuente de ingresos marca un cambio profundo en la estructura laboral argentina. Ya no se trata solo de jóvenes que eligen este formato de manera temporal: trabajadores formales recurren a estas plataformas para compensar salarios que ya no alcanzan, lo cual representa una derrota del sistema laboral tradicional y de las políticas públicas que deberían protegerlo.
En lugar de apostar por la creación de empleo con derechos, el Gobierno parece aceptar como inevitable —o incluso deseable— que miles de argentinos vivan en condiciones de informalidad crónica, atomizados, endeudados y dependientes de algoritmos sin regulación.