Salt Lake City quedó conmocionada tras la difusión de las primeras imágenes del hombre señalado como el presunto asesino de Charlie Kirk, el joven líder conservador que fue ejecutado de un disparo en pleno campus universitario. Las fotos, dadas a conocer en las últimas horas, muestran a un individuo que se convirtió en el más buscado del país y que mantiene en vilo a las autoridades.
El crimen ocurrió a plena luz del día, cuando Kirk se dirigía a un acto público en la Universidad del Valle de Utah. Según la reconstrucción, el atacante llegó minutos antes, subió a un techo, se desplazó de manera sigilosa por el edificio y, tras efectuar el disparo mortal, huyó saltando hasta perderse en un vecindario cercano.
La escena dejó un reguero de pistas: huellas de calzado, marcas de palma y del antebrazo, además de un rifle de cerrojo abandonado en un área boscosa. Todo apunta a una fuga planificada al detalle, pero con el rastro del atacante aún caliente.
Las autoridades creen que se trata de un joven de aspecto universitario, alguien capaz de moverse entre la multitud sin despertar sospechas. Ya se han recibido más de un centenar de pistas y cada una es analizada contrarreloj en la desesperada carrera por dar con su paradero.
El asesinato no solo sacudió a la comunidad local, sino que abrió una herida política profunda. El caso amenaza con reavivar la violencia ideológica en un país donde las tensiones ya estaban al límite. La imagen del presunto homicida se ha convertido en símbolo del misterio y del peligro que hoy paraliza a Estados Unidos.
La pregunta que domina la escena es una sola: ¿cuánto falta para que caiga el hombre que ejecutó a sangre fría a Charlie Kirk?
