El ministro de Economía expuso un plan lleno de malabares financieros para cumplir con los próximos vencimientos mientras intenta mostrar “fortaleza” en el Banco Central. En medio de una economía en recesión y con reservas al límite, el Gobierno apuesta a más endeudamiento y favores externos para sostener el relato de estabilidad.
Luis “Toto” Caputo volvió a hablar ante empresarios y banqueros en la Bolsa de Comercio. Con tono optimista, aseguró que el Gobierno “tiene todas las herramientas” para afrontar los vencimientos de deuda, incluido el pago de 4.500 millones de dólares en enero.
Entre sus opciones mencionó el swap con China, acuerdos con Estados Unidos, nuevos préstamos internacionales y bonos a corto plazo. En otras palabras, más deuda para pagar deuda.
Caputo afirmó que el Banco Central tiene reservas “positivas” y que el Tesoro “recapitalizó” al organismo tras absorber la deuda con el FMI. Pero los números reales muestran otra cosa: las reservas siguen en el límite y el dólar se mueve al ritmo de la desconfianza.
Mientras la economía se hunde y la inflación castiga a la gente, el Gobierno celebra maniobras financieras que no generan empleo ni alivio. Caputo habla de “remonetización” y “bandas cambiarias”, pero en la calle solo se siente más ajuste y menos poder de compra.
El ministro promete equilibrio. La realidad, en cambio, muestra un país colgado de los préstamos y los discursos.
